(El Reencuentro) Con El Matagalpino

Como toda historia tiene un final la mía con Juan aun no ha terminado.

Si aun no has leído las secuelas anteriores de este relato te invito hacerlo por orden cronológico.


Segunda parte: Ganas de Orinar

6 años después de aquel sábado 28 de septiembre del 2013 me reencontré con el matagalpino, como se enteraron desde la primera parte jamas deje el contacto, los mensajes por redes sociales, los me gusta y comentarios siempre se mantuvieron entre nosotros, mostrando un lazo siempre con amistad de la buena o por decir mas que una gran amistad, algo mas fuerte nos une, recuerda que es mi primer hombre, el que me convierto de señorito a señor.

Fui por el como de costumbre el tiempo había pasado y mucho, ya era notoria la apariencia de hombre casado se le veía mas en el semblante de su rostro, portaba su anillo, sus rasgos de papá se veía entre sus ojos y su madures resaltaba en sus expresiones. No me quedaba atrás, fisicamente había cambiado mucho, ya no era el niño delgado que el tomo como su propiedad. 
Su sonrisa era la misma y seguía nervioso y emocionado hablaba sobre nuestros encuentros anteriores y como el tiempo había pasado, pero aun así con tanta distancia siempre me dejo en claro que su atracción era la misma desde cuando nos conocimos o cuidado mas.
 
Llegamos al sitio donde habíamos acordado, seguíamos conversando pero no me resistí mas y lo bese, aquel beso era desenfrenadamente apasionado nos culieamos mutuamente con solo tocar nuestros labios…
Paramos y volvimos a sonreír hablar de lo viejo que ya estábamos, a decirme lo bien que me quedaba la barba, no me quede atrás y lo elogie por su hermoso y gran cuerpo. Pero tuve que tomar la iniciativa y le dije:

-Juan ya no aguanto mas, desnudate.
-Hazlo, sonrío.

No aguante mas y lo recosté a la pared, lo besaba y seguía besando hasta bajar a su cuello mientras que con mis manos le quitaba la camisa, baje hacia sus hermosos pectorales de Pamela Anderson es que son como chichotas completamente grandes de macho norteño.




Mientras besaba y chupaba su ricos pezones le bajaba la cremallera del pantalón, toque su gran y hermoso miembro masculino, estaba erecto que pulsaba por cogerme. Le baje el pantalón hasta el piso siguiendo con su bóxer hasta dejarlo completamente desnudo, lo moví a escritorio del estudio donde suelo trabajar algunas veces desde casa.

Tengo muchas ganas de comerme tu culo, desde que hemos escrito estos últimos días e tenido muchas ganas que ahora sea mi turno de comerme ese gran trasero que grita por mi lengua en su virgen culo.
-Le susurre al oído.
Sonrío y me dijo: jamas me han chupado el culo, ya sabes que solo e estado con vos y con ningún otro hombre, me da miedo pero quiero experimentar.

No me dijo dos veces y ya lo estaba subiendo al escritorio del estudio, colocándolo de perrito para comerme ese rico ano como un banquete de reyes, y es que si eyaculadores, no saben el festín que me di al comerme ese culo extremadamente estrecho y virgen de hombre casado y con hijo, ese morbo de saber todo eso y de que el fue quien me quito mi virginidad y ahora tener su masculinidad entre mis manos me dio poder para sentirme como el alfa entre los dos.

Foto adjunta de su culo (real del protagonista) 

Y mientras mi lengua tocaba su dulce y suave ano, el gemia de placer, escucharlo como se quejaba y disfrutaba de mi lengua en su ano me la ponía cada vez dura con ganas de seguir y seguir sin parar, saque mi celular y comencé a grabarle (la foto del ano es una captura de pantalla del video que tome mientras le hacia el beso negro) seguía disfrutando mientras me comía el rico culo de mi macho.





Pero no solo podía quedarme con las ganas de comerme ese culo yo quería mas, quería marcar territorio y hacer mío a este macho norteño.

Así que sin decirle nada seguía comiéndome su ano como si tenia días sin comerme un plato de comida, seguía comiéndome su culo como si el fin del mundo tocara a mi puerta o como si la Suyen Cortez estuviese afuera del motel esperando que saliera con mi norteño, pero no Suyen no estoy en un motel así que te vas a quedar esperanda.

Jajaja

Mi lengua y labios seguían comiendo su gran culo de macho decidí chuparme uno de mis dedos y comenzar a introducir suavemente mi dedo en su estrecho ano, grito y me dijo que estas haciendo duele, solo sonreí y le conteste.

-Lo siento papí no me pude resistir tengo muchas ganas de hacerte mío.
-Lo siento pachequito esa idea no me gusta.
-Lo se, pero tenia que intentarlo, mis ganas son muchas y no se si pueda controlarlas.
-Porque me gustas mucho y por todo el tiempo que ha pasado, y porque tampoco esto entre los dos no solo es sexo, lo intentare pero si me duele es mejor que no sigamos intentándolo.
El ultimo guión léanlo con acento norteño jajaja.

Lo coloque boca arriba sobre el escritorio, escupí su rico culo dilatado por tanta mamada de ano, escupí mi verga para que a mi macho no le doliera tanto pero dolor siempre iba sentir mi verga no es la mas dotada pero ya 18cm de largo y el gran grosor que tiene si te hacen sentir tu dolorcito que digamos por decir así. 

Cuando la punta de mi pene escarbaba entre sus nalgas para encontrar el camino a la ciudad del placer yo tomaba sus manos y colocaba sus piernas entre mis hombros para tenerle en una posición mas cómoda y cuando mi glande toco a la puerta de la ciudad del placer el solo sujeto mis manos y me dijo: no me hagas sufrir que luego será mi turno y sonrío.
Poco a poco introducía mi verga entre su persona, el solo se retorcía y quejaba, estaba haciendo lo mas delicado posible, pero Juan seguía quejándose. Conté hasta tres y deje ir todo mi miembro viril a la ciudad del placer, el grito, tomo fuerza y quería soltarse pero mis manos lo seguían tomando lo sujete mas fuerte, esos meses en el gym se estaban haciendo notar, estaba domando un hombre norteño de 80kg que quería soltarse pero yo lo seguía tratando de domar mientras le hacia el amor bruscamente.

Se canso y accedió a someterse mientras yo tomaba el control el se seguía quejando pero su cara ya no era de dolor si no de placer, mordía sus labios y se seguía quejando. Yo lo envestía una y otra vez, me lo seguía cogiendo de misionero cada vez le daba mas duro, me lo estaba comiendo rico ese culo virgen a pelo. Y mientras mas mis caderas se movían de manera circular el mas volteaba sus ojos hasta que llegamos al punto que se corrió parecía que su verga lanzaba litros de leche, no paraba de eyacular fue una explosión de placer. Mientras yo saque mi pene por ultima vez lo volví a meter con una envestida durisima que lo hice gritar, seguí dandole tan rápido y duro que ciudad del placer quedo bañada de lluvia blanca y espesa. Saque mi pene de su culo y les juro que no era la escena del clon cuando Jade pierde la virginidad, era la sangre de mi matagalpino, le rompí el culo y lo hice sangrar demasiado.

-Lo siento no te quería lastimar.
le dije.

El solo sonrío y me dijo:

Ahora es tu turno, ponte de perrito.

















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